La experiencia de muchos años nos muestra que quien no lidera su ámbito personal no liderará su ámbito familiar; sin estos dos factores fracasará en su intento de liderar su vida profesional. La familia, desde esta perspectiva, se convierte en taller y escuela de líderes. Las competencias más importantes y permanentes del liderazgo se generan en el ecosistema familiar.
La unidad de las competencias necesarias para un verdadero liderazgo en el ámbito familiar y profesional nos permite servir a ambos desde conocimientos y herramientas integradas que buscan la unidad del ser y no la diversidad de las circunstancias.
Es por ello que la formación que ofrecemos parte de una convicción profunda:
El liderazgo es un ejercicio de madurez humana que se manifiesta en el compromiso y la coherencia. Este compromiso genera confianza y da unidad al líder. No es un problema de conciliación, el reto está en la verdadera integración del líder con su propia vida.